El Maristas Burgos se alzó con la victoria en el derbi burgalés en un encuentro muy vistoso.

Como en otros partidos, salimos al campo con una gran intensidad. Los siete primeros minutos comandamos el marcador y siete minutos tardaron los visitantes en leer nuestro ataque y ajustar su defensa. Nuestro mayor fallo en la primera parte fue confundir ataques rápidos con individualismo. Sin ningún tipo de movimiento de balón, a nuestros rivales les bastó con cerrarse cada vez que intentábamos penetrar a canasta para frenar nuestro ataque.

A la par que dejamos de anotar despertó el Maristas Burgos. Hasta entonces Gadea había sostenido a su equipo con 16 puntos en el primer cuarto, pero poco a poco fueron apareciendo el resto de jugadores. Gran mérito tiene este conjunto, que ha trabajado desde infantil con la misma plantilla y ha conseguido grandes resultados compensando su falta de físico con un juego dinámico y valiente.

El juego de los visitantes inspiró el nuestro tras el descanso. Con cinco exteriores en cancha realizamos una presión muy agresiva y un ataque muy directo que descolocaron a los visitantes. Un parcial 12-2 dejó el marcador en 41-47. A partir de entonces las diferencias rondaron siempre los diez puntos, viéndose un choque de gran intensidad por parte de los dos conjuntos.

En el último cuarto las fuerzas empezaron a flaquear. Los visitantes empezaron a distanciarse pero un nuevo parcial (7-0) con la misma filosofía que el anterior dejó el marcador 55-63. El Colegio Maristas certificó la victoria desde la línea de tiros libres y se convierte en el gran favorito junto a Blancos de Rueda para acudir a la final a cuatro de la categoría. Para nosotros, ganar la segunda parte a este conjunto desplegando al fin el juego que queríamos a principio de la temporada es, sin duda, también una victoria.